El rostro no lo vemos como lo veíamos antes. Ahora el cerebro procesa la información visual de manera distinta. La pandemia nos ha cambiado. El uso de las mascarillas se ha convertido en un hecho cotidiano desde que el Covid-19 llegara a nuestras vidas hace ya un año, pero no solo eso. La mascarilla ha pasado de ser un elemento ajeno a nuestra rutina a ser un escudo de protección frente al virus, y ahora también los estudios apuntan a que con ella está cambiando la percepción que tiene el resto sobre nosotros.
El estudio de MBD
Gracias a la Inteligencia Artificial y a técnicas de Data Analytics, el equipo de MBD de I+D+i ha podido crear cincuenta caras aleatorias mediante técnicas de deep learning (ninguna de ellas es real), de diferente sexo, edad y con distintas características (ojos, color de piel, pelo…). Con ellas, se ha realizado un estudio con una muestra de más de 300 encuestas, en las que se han valorado con una escala del 1 al 10 cada una de las caras con y sin mascarilla. ¿El objetivo? Evaluar si los juicios de apariencia difieren cuando la cara está cubierta o no por una mascarilla quirúrgica. El 10 era la puntuación de cara muy agradable.
Así, la principal conclusión que arroja el estudio es que los rostros cubiertos con la mascarilla se perciben como más atractivos que aquellos que van sin ella. En concreto, la valoración de los rostros con mascarillas es un 6,4% mejor que la valoración sobre los mismos rostros sin mascarillas, llegando incluso a mejoras del 40% en algunos de los rostros. Del total de los 50 rostros valorados, en el 70% de los casos la valoración mejora cuando el rostro está cubierto con mascarilla.

Las percepción del rostro cambia según el sexo y la edad
Con el estudio, también hemos extraído conclusiones muy similares cuando se dividen los rostros por sexo, edad e incluso cuando la cara en cuestión sonríe o no:
- En líneas generales, el impacto del uso de la mascarilla es más positivo cuando se valora a un hombre +8,7% vs +4,7% de mejora cuando se valora a una mujer.
- Por tramos de edad, en todos los casos mejora la valoración, pero especialmente vemos cómo el porcentaje de mejora de la percepción es mayor en los más jóvenes, y disminuye a medida que incrementa la edad.
- La sonrisa también es un factor que hace cambiar nuestra percepción. En este caso en los rostros que sonríen la mejoran en un +8,3%, mientras que las caras que no lo hacen se reduce hasta el +3,7%.
- Además, las mejoras porcentuales más grandes se observan en los grupos de bajo atractivo (sin mascarilla), con un aumento de aproximadamente del 15% en las calificaciones cuando se usa mascarilla. Sin embargo, los rostros evaluados con atractivo alto (sin mascarilla) son los únicos en los que la valoración con mascarilla es más baja (-6,6%).

La valoración de las mujeres y los hombres
Por otro lado, no sólo son importantes las características de los rostros valorados, también influyen las características de la persona que los evalúa. En este caso, la valoración que hacen los hombres mejora en los rostros con mascarilla en mayor proporción que la valoración que hacen las mujeres. Por ejemplo, cuando valoramos rostros masculinos, la valoración de los hombres mejora con mascarilla en un +9,6% vs +8,2% en el caso de las valoraciones que hacen las mujeres sobre rostros masculinos. Cuando lo que se valora es un rostro femenino, la valoración que hacen los hombres sobre los rostros con mascarilla mejora en un +4,7%, mientras que el caso de valoraciones femeninas la mejora es del +3,9%.
Por tanto, podemos decir que el uso de la mascarilla no sólo nos protege frente al virus, también está mejorando la percepción que tiene el resto sobre nosotros.